Manuel Ruiz, pintor :《la memoria del público es débil 》

Manuel Ruiz, pintor: «La memoria del público es débil»

Fuente: Periódico, El Diario de la Costa del Sol.
Fecha: Domingo, 8 de septiembre de 1991
Directores: Agustín Lomena - Manolo Jota

El artista poseé una academia de arte en Marbella.

Por momentos, sus movimientos llegan a ser vertiginosos. En manos de Manuel Muñoz Ruiz la espátula prolonga la idea creadora y, breve o profusamente, descarga sobre el lienzo los matices de una obra original con una técnica definida y nueva.
Para este rosarino de 42 años de edad, radicado en Marbella, donde posee una galería propia en el número 2 de la calle Panadería, pintar es un acto natural con un tremendo potencial creativo; no extraña que su obra se exhiba en 57 museos de 14 países americanos y europeos, además de contar con otra galería permanente en Chicago, ciudad en la que residió algunos años y que contrasta con el clima benigno de la Costa del Sol. Es un autodidacta que desde muy joven abrazó esta vocación y fue definiendo su concepción artística en una entrega total, sin pausas, en el convencimiento que «como ser humano estoy haciendo todo lo que puedo». Y hay otros aspectos sorprendentes en este artista que admira a Rembrandt «por el dominio del clásico y los contrastes» y a Degas, entre otros.

Sostiene que su decisión es llevar a todo el mundo su obra y añade que «el ideal de mi vida es expresar lo que yo siento y poder proyectárselo a todo el mundo. Por eso no quiero ser de un sólo lugar, la memoria del público es débil, hay que hacer una mella suficientemente grande para permanecer en él».
La proyección del artista, que acaba de presentar un proyecto al Ayuntamiento marbellí para la construcción de un teatro romano dentro de un vasto complejo cultural diseñado por él, encuentra una definición en sus propias palabras: «la creación del artista la veo cuando contemplo los trazos de mi cuadro y no lo reconozco. Hay cosas que desconozco porque las he realizado inconcientemente, intuitivamente: cosas que me sorprenden cuando estudio la obra después de realizarla».
Es la apreciación de quien vive intensamente el mundo de su arte, que sostiene que «el color es como el carácter o el temperamento de una persona es parte del individuo. Yo no podría comprar los colores que yo siento, como no podría cambiar mi forma de caminar» y que defiende su condición de autodidacta cuando expresa: «En una escuela se puede aprender una técnica, pero no se enseña a crear. Lo que más valoro es la creación técnica y la concepción más allá del nivel común de la gente».
Marbella figura en sus planes para el futuro. En la ciudad se ha producido una excelente recepción a sus trabajos y el artista pretende completar una parte vital de su destino en este rincón «inigualable» del mundo.